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De la violencia sexual que muchas mujeres, por el hecho de ser mujer, hemos sufrido en el trabajo poco se habla. Bien es cierto que, de unos años a esta parte, existe legislación y protocolos que supuestamente nos protegen pero, la realidad es que esta violencia la seguimos padeciendo.

Ningún Gobierno se ha ocupado de investigar el alcance y casuística de la violencia sexual en el ámbito laboral que, según estimaciones europeas, podría afectar a una de cada tres mujeres que sufren acoso y de las que solo se denuncia un 8% de los casos. No existe ninguna estadística elaborada ni por el Ministerio de Igualdad ni por el de Trabajo que arrojen cifras, a día de hoy, de cuantas mujeres hemos sufrido en algún momento de su vida laboral, ya sea como becarias, trabajadoras en prácticas, en grandes o pequeñas empresas, empleadas domésticas, etc., algún tipo de tocamiento, vejación, acoso e incluso violación.

Y yo, que soy una de esas mujeres que sufrió abuso sexual en el pequeño despacho donde debutaba como trabajadora, a la edad de 20 años, lanzo esta pregunta… ¿Para cuándo sabremos cuantas mujeres han sufrido a lo largo de los últimos años violencia sexual en sus puestos de trabajo?

Mientras es respondida me dirijo a ti que me estás leyendo, que tienes dentro ese dolor tan profundo, aún ese miedo a contar lo que te ocurrió y te digo: callar no es el camino, contar nuestra historia con el derecho que nos da el haberlo vivido en primera persona sí lo es. Aún estas a tiempo de recuperarte, no importa si pasaron diez, quince años o tres días. Gracias al empuje de otras mujeres, fui capaz de romper el silencio, buscar ayuda y recuperarme y por eso hoy quiero ser voz y empuje para aquellas mujeres que aún cargan sobre sus espaldas la pesada mochila que hace ya casi cuatro años yo pude soltar.

 

Encarnación Martínez Carmona

Superviviente y activista