La segregación ocupacional tiene dos direcciones, la primera es vertical en cuanto a jerarquías en los puestos de trabajo que ocupan mayoritariamente los hombres. La otra, horizontal, hace referencia a la concentración de uno u otro género en las diferentes ramas de actividad económica, donde, según un estudio del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) y la Fundación BBVA (el gráfico pertenece a esta información), los varones también parten con ventaja ya que un 53,7% de las profesiones están masculinizadas, es decir el porcentaje de trabajadores hombres es igual o superior al 65 % del total. Esta distribución también explica por qué en España hay más ocupados varones (10,6 millones al cierre del tercer trimestre de 2018) que mujeres (8,8 millones).
Esta fue una de las cuestiones que centró la reunión que mantuvo Prodiversa con la Fundación Laboral de la Construcción (FLC), articular una colaboración entre las dos organizaciones que permita promover e incentivar la incorporación de las mujeres a formaciones y profesiones tradicionalmente masculinizadas. Entre las profesiones con una mayor masculinización se encuentra el sector de la construcción así como trabajadores especializados en electricidad.
Tanto la Fundación Laboral de la Construcción como la entidad cuenta con una estrategia de inserción laboral para la incorporación de las mujeres a profesiones masculinizadas, por lo que durante la reunión mantenida en la sede de Prodiversa se trataron, fundamentalmente, dos líneas de colaboración: la formación y sensibilización tanto entre las mujeres como las empresas.
Así, la FLC expuso algunas de las medidas que se están implementando dentro del sector para romper con esta masculinización a través del fomento de formación y la sensibilización entre las mujeres para acceder a puestos cualificados y profesionalizados en la construcción. Por su parte, Prodiversa, expuso una estrategia que comprende varios niveles de trabajo y que incide en las personas con las que trabaja la entidad, empresas y centros formativos para abrir estos sectores altamente masculinizados a la presencia de mujeres con las condiciones formativas que se requieren.
Tanto la entidad como FLC se han emplazado tras la reunión a explorar vías de colaboración a través de un convenio específico para aunar fuerzas en la creación de una red de trabajo con empresas socialmente responsables con las que trabajar para la difusión de la RSE, el empoderamiento de las personas en situación o riesgo de exclusión y su plena inserción sociolaboral, especialmente de las mujeres.