No todas las víctimas tienen la misma respuesta tras sufrir una agresión sexual. La respuesta de la víctima ante una violación dependerá de muchos factores. A veces, la forma de reaccionar determina la credibilidad de la víctima. Precisamente, el miedo a no ser creída motiva que las mujeres que han sufrido una agresión sexual no denuncien los hechos.
Puede que haya víctimas que no actúen como tales. A veces se automedican, son partícipes de prácticas sexuales de alto riesgo, se apartan de su entorno más cercano, algunas se encuentran calmadas y otras, por el contrario, destilan furia.
En otras ocasiones, la víctima piensa que es culpable de la agresión sufrida y reacciona buscando el contacto con el perpetrador. Tal vez no le quede más remedio que mantener este contacto ya que el perpetrador es un familiar, su profesor o su jefe.
También ocurre que la víctima denuncia una agresión sexual transcurrido mucho tiempo. Al respecto, los expertos señalan que cuando el perpetrador es alguien en quien confiaban, puede ser que le tome años incluso darse cuenta de que sufrió una violación.
Se reprocha a la víctima el hecho de que no se defendió. A veces el cuerpo reacciona así, se queda paralizado como estrategia de defensa.
La credibilidad de la víctima es fundamental en casos de agresiones sexuales ya que estos delitos se suelen perpetrar sin que existan testigos de los hechos. Por tanto, es imprescindible una adecuada asistencia a la víctima para evitar que sufra una victimización secundaria durante el proceso que sigue a la denuncia y hasta que se dicte sentencia. La veracidad de un testimonio, en sede judicial deberá ser rigurosamente analizado a la luz de los criterios legales y jurisprudenciales. También serán fundamentales las periciales de profesionales especializados. Todos estos elementos conformarán la prueba de la comisión del hecho punible y determinarán la condena del autor o autores de su perpetración.
Charo Alises
Abogada y activista por los Derechos Humanos