Propósitos para 2024, colaboración de Prodiversa con La Opinión de Málaga.
Desde Prodiversa queremos comenzar este artículo deseando a todos y todas un Feliz año 2024. Y suerte, mucha suerte.
El 2023 ha finalizado con más de 21.000 muertes en la franja de Gaza, víctimas de Israel ante la inacción de la comunidad internacional y la cobertura de EEUU en la ONU.
Esperemos que 2024 sea el año de la paz definitiva y el reconocimiento internacional de los dos estados, Israel y Palestina.
También 2023 acaba con un endurecimiento de las políticas de migración y asilo de la Unión Europea. El contagio del discurso del odio de la derecha extrema europea contra las personas migrantes ha llegado no sólo a conservadores también a gobiernos liberales.
Sólo cabe esperar que las elecciones europeas de 2024 supongan un reajuste de las mayorías que haga cambiar esta deriva de alianzas de facto que tanto debieran preocuparnos.
Y si de pobreza y desigualdad se trata, Andalucía ha vuelto a situarse por tercer año consecutivo en el último puesto en PIB per cápita en España. Una comunidad cuenta con 1,5 millones de menores de 18 años, de los que el 38 % está en situación de pobreza, nueve puntos más que la media española. Casi el 22% de nuestros niños/as y adolescentes está en situación de pobreza severa.
Exijamos también que el año que empieza sea el del acuerdo de todas las administraciones públicas competentes en solventar la grave crisis habitacional que padecemos y que en provincias como Málaga se acentúa y parece no tener límites. ¿De qué sirven discursos para titulares en prensa que en nada se corresponden sobre la vida real de las familias?
También ha sido 2023 un año para olvidar en cuanto a la violencia de género, registrando un insoportable aumento en el número de asesinatos machista. Al igual que resulta insoportable oír a partidos políticos presentes en las instituciones practicar el negacionismo sobre esta realidad que mata a las mujeres por el simple hecho de serlo.
Por eso, 2024 debería ser el año en el que los partidos políticos aíslen y saquen de los gobiernos de ayuntamientos y comunidades autónomas a aquellas fuerzas políticas que no condenen la violencia de género y los asesinatos de mujeres que se producen en nuestro país amenazando nuestra convivencia y nuestra democracia.
Quienes nos gobiernan son los responsables de convertirlos en propósitos de obligado cumplimiento. Y debe ser propósito de una ciudadanía comprometida con un mundo mejor recordárselo para que no lo olviden en este año que nace.