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Colaboración de Jonathan Gil y María Nieves Sánchez, área de Cooperación Internacional de Prodiversa, Progreso y Diversidad para La Opinión de Málaga.

La educación es un derecho fundamental, pero millones de personas en el mundo aún no tienen acceso a ella, especialmente en países en vías de desarrollo. Dentro de estos, los grupos más vulnerables —como las niñas y la población rural— enfrentan aún mayores dificultades para ejercer este derecho.

Además, la educación preescolar es una etapa crítica en el desarrollo cognitivo y emocional. Garantizar su acceso no solo mejora las oportunidades futuras de las niñas y niños, sino que también contribuye a romper ciclos de pobreza y exclusión, y facilita que las mujeres —debido al rol de cuidadoras que el sistema patriarcal les impone— puedan disponer de tiempo para formarse o incorporarse al mercado laboral, promoviendo una transformación aún más amplia en las comunidades.

Por todo ello, la cooperación internacional española en general, y la cooperación malagueña en particular, han jugado, juegan y deben seguir jugando un papel crucial respecto al derecho a la educación.

En este contexto, el área de Cooperación Internacional de Prodiversa estableció la educación como una de sus líneas estratégicas de actuación. Prodiversa aporta su granito de arena. Por ejemplo, recientemente, en la ciudad de Chefchaouen (Marruecos), en colaboración con la entidad local ADL-Al Maghrib y con el apoyo financiero del Ayuntamiento de Málaga, desarrolló el proyecto “Promoción del Derecho a la Educación en entornos escolares seguros e inclusivos”. Este abarca desde la rehabilitación y equipamiento de un preescolar en la escuela “Imam Ali” hasta la formación del profesorado en pedagogías inclusivas y la sensibilización en Igualdad de Género. Cabe destacar que se ha desarrollado en uno de los barrios más deprimidos de la ciudad, donde la vulneración del derecho a la educación afectaba al futuro de las niñas y niños. Su impacto ha sido inmediato, con una treintena de niñas y niños escolarizados en un espacio seguro y adecuado.

Asimismo, éste no es un proyecto aislado, sino que forma parte de una estrategia más amplia. Recientemente Prodiversa ha iniciado la rehabilitación de aulas, eliminación de barreras arquitectónicas, construcción de aseos, entre otras acciones, en la escuela rural Mharchen, en Dardara, una zona aún con mayores necesidades, gracias al proyecto “Promover el derecho a una educación inclusiva, equitativa y de calidad para las niñas y los niños en la escuela rural Mharchen, Comuna Territorial de Dardara, Marruecos”, financiado por la Diputación de Málaga.

En definitiva, estos proyectos nos demuestran la importancia de la cooperación malagueña (Prodiversa, Ayuntamiento de Málaga y Diputación de Málaga) y, sobre todo, que la cooperación internacional es una herramienta poderosa para construir un mundo más justo, donde el derecho a la educación no dependa del lugar de nacimiento, el género o la condición social. Apostar por ella es apostar por la dignidad, la igualdad y el desarrollo humano.