Comentaba esta misma semana la directora ejecutiva de ONU Hábitat, Maimunah Mohd Sharif, en una entrevista para El País que “las ciudades son para las personas, no para los vehículos” y apostaba por la “participación de la comunidad” en el diseño de las urbes. Se podría proponer a la organización supranacional organizar una visita institucional al Centro Ciudadano Jorge Macías donde, 37 menores de entre 6 y 12 años, están diseñando su ciudad ideal. Ésta, por supuesto, cumple con prácticamente todas las recomendaciones de la Carta Mundial por el Derecho a la Ciudad.
Mohd Sharif estaría orgullosa de contemplar una urbe verde donde personas, animales, naturaleza y urbanismo se dan la mano. Un lugar en el que la sostenibilidad es pilar esencial de la planificación, minimizando al máximo la contaminación, y la movilidad es respetuosa con el medio ambiente: Desde el aeropuerto donde, advierten sus creadoras/es, “solo pueden aterrizar aviones eléctricos”, como el resto de vehículos que circulan por aquí. Es la ciudad de las niñas y niños que participan en la colonia de verano de Prodiversa-Progreso y Diversidad, que se está desarrollando en Palma-Palmilla gracias al programa de CaixaProinfancia promovido por la Obra Social La Caixa.
Y es que las formadoras/es del programa han seleccionado este año como temática en la que trabajar durante las 5 semanas de colonias La ciudad ideal, una ciudad sostenible. “Un tema complicado pero que han cogido a la primera y solos han comenzado a crear la ciudad, prácticamente sin tener que decirles nada”, comenta Ana, formadora del programa, que apunta que, paralelamente, se han organizado otras visitas para reforzar este proyecto, como a la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Málaga.
Y es que las personas que participan no solo diseñan, también te explican: “Las nubes están limpias porque todo se recicla”; “hay muchos animales y todos están bien cuidados y no se les puede pegar ni maltratar”; “el agua está limpia, más limpia que los manantiales de Sierra Nevada” y otros apuntes de su diseño de ciudad en el cual, además, te implican: “el que se sienta aquí tiene que hacer cosas”. La ciudad cuenta con todos los recursos necesarios: Hospitales, áreas recreativas, campos deportivos, supermercados y tiendas de comida —“pero ecológica, ¡eh!” advierten— e incluso hay una granja.
Ciudad en dos dimensiones en forma de mural para los menores más pequeños y en tres para los mayores. Todo con materiales reciclados, nacida a través de sus percepciones y creada con su imaginación y habilidad. Una urbe de artistas y urbanistas de la que, tanto la directora ejecutiva, como el Panel de Alto Nivel de ONU Hábitat estarían orgullosos si la conocieran.